Proceso de la ITV
El proceso de la ITV implica una revisión exhaustiva del vehículo en diversos aspectos, que incluyen:
- Identificación del vehículo: Se verifica la matrícula y la documentación del coche para asegurarse de que todo está en regla.
- Estado general: Se examinan los elementos de seguridad como los frenos, neumáticos, luces, dirección, suspensión y otros componentes esenciales para la seguridad vial.
- Emisiones contaminantes: Se controla que los niveles de emisiones contaminantes del vehículo estén dentro de los límites legales permitidos, contribuyendo así a la protección del medio ambiente.
- Sistema de señalización y alumbrado: Se revisa que todas las luces y señales luminosas funcionen correctamente.
- Estado de la carrocería: Se verifica que la estructura del vehículo no presenta daños graves que puedan comprometer la seguridad.
Al final de la inspección, el resultado puede ser favorable, condicionado o desfavorable. Si es favorable, el vehículo recibe una pegatina que debe colocarse en el parabrisas, indicando que el coche ha superado la ITV y está autorizado para circular. Si el resultado es condicionado o desfavorable, el propietario debe subsanar los defectos señalados y volver a pasar la inspección.
Consecuencias legales de no cumplir con la ITV
Circular con un vehículo sin la ITV en vigor puede acarrear importantes consecuencias legales. La Ley de Tráfico establece sanciones económicas que pueden oscilar entre 200 y 500 euros, dependiendo de si el vehículo circula sin la ITV, con la ITV desfavorable, o con defectos graves sin haber subsanado los mismos. Además, las autoridades pueden inmovilizar el vehículo si consideran que representa un riesgo para la seguridad vial.
Otra de las consecuencias es que, en caso de accidente, la compañía aseguradora puede negarse a cubrir los daños si el vehículo no tenía la ITV en regla. Esto puede dejar al propietario en una situación de gran vulnerabilidad financiera, teniendo que asumir los costes de reparación y las indemnizaciones a terceros de su propio bolsillo.
Asimismo, en situaciones de compraventa de vehículos, la ITV es un factor determinante. La falta de una ITV favorable puede reducir significativamente el valor del coche y dificultar su venta.
Cumplir con la ITV no solo es una obligación legal, sino también una responsabilidad como conductor. Mantener el vehículo en condiciones óptimas no solo protege al conductor y a sus pasajeros, sino también a otros usuarios de la vía. Desde un punto de vista legal, la ITV es un aspecto que no debe ser tomado a la ligera, ya que su incumplimiento puede tener graves repercusiones tanto económicas como legales.
La periodicidad para pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) depende de:
- Año de matriculación del vehículo.
- Tipo de vehículo.
- Características del vehículo.
Para coches o turismos, están exentos de pasar la ITV durante los primeros 4 años. A partir de entonces, deben hacerlo cada 2 años, y una vez que el vehículo tenga más de 10 años, la inspección es anual.
Para las motocicletas, también están exentas hasta los 4 años, y después deben pasar la ITV cada 2 años.
Otros vehículos tienen una periodicidad específica que se puede consultar en las normativas correspondientes.
Consecuencias de no pasar la ITV:
Si las autoridades lo detienen mientras conduce con la ITV caducada, podría enfrentar una multa económica y la retirada del permiso de circulación, permitiéndole solo usar el vehículo para dirigirse a la estación de ITV.
Además, desde 2014, los radares de velocidad han sido modificados para detectar si un vehículo tiene la ITV en regla, por lo que no solo los agentes de tráfico pueden multar, sino también estos radares automáticos.